viernes, 23 de marzo de 2007

Eduardo Galeano / Hugo Chávez

Hay momentos en la vida, que uno tiene mucha suerte.
Ayer he seguido una entrevista con Eduardo Galeano
me quedó impresionado de escuchar este pensador/escritor de Montevideo,
poca gente saben y se atreven decir las cosas como el,
además con una claridad, sin miedo y una forma para que hasta yo lo entendí.
¡Me daba cuenta, que me identifico bastante con sus pensamientos!
(aconsejo leer algunos artículos en su Blog personal)
---
Como ejemplo: su artículo sobre Chavez


Extraño dictador este Hugo Chávez. Masoquista y suicida: creó una Constitución que permite que el pueblo lo eche, y se arriesgó a que eso ocurriera en un referéndum revocatorio que Venezuela ha realizado por primera vez en la historia universal.
No hubo castigo. Y esta resultó ser la octava elección que Chávez ha ganado en cinco años, con una transparencia que ya hubiera querido Bush para un día de fiesta.
Obediente a su propia Constitución, Chávez aceptó el referéndum, promovido por la oposición, y puso su cargo a disposición de la gente: “Decidan ustedes”.
Hasta ahora, los presidentes interrumpían su gestión solamente por defunción, cuartelazo, pueblada o decisión parlamentaria. El referéndum ha inaugurado una forma inédita de democracia directa. Un acontecimiento extraordinario:
Cuántos presidentes, de cualquier país del mundo, se animarían a hacerlo?
Y cuántos seguirían siendo presidentes después de hacerlo?
Este tirano inventado por los grandes medios de comunicación, este temible demonio, acaba de dar una tremenda inyección de vitaminas a la democracia, que en América Latina, y no sólo en América Latina, anda enclenque y precisada de energía.
Un mes antes, Carlos Andrés Pérez, angelito de Dios, demócrata adorado por los grandes medios de comunicación, anunció un golpe de Estado a los cuatro vientos. Lisa y llanamente afirmó que “la vía violenta” era la única posible en Venezuela, y despreció el referéndum “porque no forma parte de la idiosincrasia latinoamericana”. La idiosincrasia latinoamericana, o sea, nuestra preciosa herencia: el pueblo sordomudo.
Hasta hace pocos años, los venezolanos se iban a la playa cuando había elecciones. El voto no era, ni es, obligatorio. Pero el país ha pasado de la apatía total al total entusiasmo. El torrente de electores, colas enormes esperando al sol, a pie firme, durante horas y horas, desbordó todas las estructuras previstas para la votación. El aluvión democrático hizo también dificultosa la aplicación de la prevista tecnología último modelo para evitar los fraudes, en este país donde los muertos tienen la mala costumbre de votar y donde algunos vivos votan varias veces en cada elección, quizá por culpa del mal de Parkinson.
“¡Aquí no hay libertad de expresión!”, claman con absoluta libertad de expresión las pantallas de televisión, las ondas de las radios y las páginas de los diarios.
Chávez no ha cerrado ni una sola de las bocas que cotidianamente escupen insultos y mentiras. Impunemente ocurre la guerra química destinada a envenenar a la opinión pública. El único canal de televisión clausurado en Venezuela, el canal 8, no fue víctima de Chávez sino de quienes usurparon su presidencia, por un par de días, en el fugaz golpe de Estado de abril del año 2002.
Y cuando Chávez volvió de la prisión, y recuperó la presidencia en andas de una inmensa multitud, los grandes medios venezolanos no se enteraron de la novedad. La televisión privada estuvo todo el día pasando películas de Tom y Jerry.
Esa televisión ejemplar mereció el premio que el rey de España otorga al mejor periodismo. El rey recompensó una filmación de esos días turbulentos de abril. La filmación era una estafa. Mostraba a los salvajes chavistas disparando contra una inocente manifestación de opositores desarmados. La manifestación no existía, según se ha demostrado con pruebas irrefutables, pero se ve que este detalle no tenía importancia, porque el premio no fue retirado.
Hasta ayercito nomás, en la Venezuela saudí, paraíso petrolero, el censo reconocía oficialmente un millón y medio de analfabetos, y había cinco millones de venezolanos indocumentados y sin derechos cívicos.
Esos y otros muchos invisibles no están dispuestos a regresar a Nadalandia, que es el país donde habitan los nadies. Ellos han conquistado su país, que tan ajeno era: este referéndum ha probado, una vez más, que allí se quedan.

13 comentarios:

post-scripta dijo...

envíame tu correo cariño...

siempre serás bienvenido, pero no sé a dónde enviarte la invitación

dos besos!

Anónimo dijo...

Al principio de mi blog colgué unos dos escritos de este autor pero nunca habia visto su foto...me parece realemnete ingenioso en su forma de escribir. Besos.

Anónimo dijo...

Con mucho gusto te enviaría un pasaje para que visites Venezuela... que sencillo que es hablar desde afuera.

@Intimä dijo...

No cabe duda que es directo, sí señor.
Besitos George.

Dra. Kleine dijo...

Wuooooo!
Mira que siempre estos señores hablan diciendo grandes verdades...

Etèria dijo...

Esta bien opinar y ser franco al exponer nustros pensamientos.

Besitos.

Anónimo dijo...

¡Hola, George! Muy interesante el artículo de Eduardo Galeano, escritor latinoamericano a quien admiro por la sensibilidad y la poesía de sus escritos, como "El libro de los abrazos" y los poemas recopilados bajo el maravilloso título "El Sur también existe", versionados musicalmente por Joan Manuel Serrat.
En este caso sus opiniones me tocan muy de cerca, no sólo debido al hecho de ser venezolana, sino porque además he participado activamente tanto en esa consulta electoral a la que hace referencia -la cual tuvo lugar el 15 de agosto del año 2004- como en el proceso para recolectar firmas para solicitarle al organismo electoral venezolano la realización de dicho referendo, tal y como garantiza nuestra Constitución.
Lamentablemente este artículo está plagado de inexactitudes. La primera de ella es calificar de "extraño dictador" a Hugo Chávez. Si analizamos lo sucedido en Venezuela en los últimos 10 años y el último siglo de la historia universal, veremos que la trayectoria de este mandatario no se aparta ni un milímetro de otros personajes que han llegado al poder gracias a elecciones democráticas y luego lo han usurpado. El caso más fehaciente es el de Adolfo Hitler en Alemania. Así que de extraño tiene nada, aunque de dictador sí y mucho.
Otro dato inexacto es decir que el referendo revocatorio se realizó con absoluta transparencia y que no hubo fraude electrónico. El espacio aquí me resulta escaso para exponer lo que he visto con mis propios ojos en las últimas cuatro consultas electorales realizadas en mi país y en las cuales he tomado parte no sólo como votante, sino también como recolectora de firmas, testigo electoral y representante de la oposición.
Te aseguro que puedo desmontar uno por uno los argumentos que esgrime Galeano en au artículo, pero prefiero invitarte a que vengas a Venezuela y veas con tus propios ojos que éste sigue siendo "un país saudí, paraíso petrolero", donde la corrupción continúa campeando por sus fueros -sólo que ahora los corruptos son unos "revolucionarios" de medio pelo que no saben ni pe de marxismo pero usan trajes de 4.000 dólares, conducen Mercedes Benz último modelo y andan con un mínimo de seis escoltas-, que el número de analfabetas no ha disminuido a pesar de la llamada Misión Robinson y que ahora hay otro grupo -conformado también por cinco millones de venezolanos- que tampoco tenemos derechos cívicos, porque al pertenecer a la oposición pasamos a ser considerados una especie de ciudadanos de tercera o cuarta, sin voz y con un voto burlado y birlado repetidamente.
Te envío a tu dirección de correo electrónico, una reflexión personal que escribí justamente el 16 de agosto de 2004, el día después de realizarse el referendo al que hace mención el escritor uruguayo en este artículo.
Un beso para ti, Anamar

george dijo...

Hola Anamar, te agradesco mucho tu comentario, veo que visto un pais desde fuera y lejos, no es lo mismo como vivir dentro y ademas participar activamente en el proceso electoral y ser una tan activa cuidadana Venezolana.
Todas estas argumentos (fraude, corrupcion, mandón etc) que pasan con Chavez, ocurren igual, con pequeñas variaciones, en todos los payses democráticos (y en Europa), ya se sabe. Lo que mas se ve y se aplaude aqui es, que se atreve dar la cara al "gran hermano".
Todavia no he leido ningun libro de Galeano, ahora que me has recomdendado un titulo, lo haré pronto.
un abrazo de george

Anónimo dijo...

Hola, George. Me he equivocado con uno de los títulos. El poemario titulado "El Sur también existe" es del escritor uruguayo Mario Benedetti , de quien te recomiendo tanto su poesía como su narrativa.
De Eduardo Galeano tienes "El libro de los abrazos" y "Las venas abiertas de América Latina". Ambos son muy diferentes, pero igualmente estupendos.
Mis cariños

Anónimo dijo...

Esta entrada es vieja, pero no me aguanto por preguntar qué dirá este insigne señor ahora que Chavez perdió el referendo de la reforma constitucional que pretendía eternizarlo en el poder e imponer su seudo-socialismo comuno-fascista a todos los venezolanos.
Sr. Galeano, usted será un gran escritor, pero no tiene ni idea de lo que pasa en Venezuela. Chavez no hizo ninguna constitución en el 99, esa constitución fue fruto del consenso de muchos sectores de los venezolanos, incluyendo opositores, la de él es esta, que fracasó rotundamente en las urnas, aunque han tratado de ocultarlo. A casi seis meses del referendo no han dado resultados finales oficiales porque no hayan como tapar la mentira. ¿Analfabetos? Aquí quedan como monte, esas cifras son de los que se inscribieron en la llamada misión para recibir la limosna que les daban, aprendieran o no, leyeran o no, lo vi con mis propios ojos.
Por último, ¿Chavez volvió en hombros del pueblo al poder? ¡Qué gran iluso, Sr. Galeano, qué mentira mediática oficialista!. Chavez volvió en hombros de los mismos militares que le pidieron la renuncia, la cual aceptó, cuando estos vieron la locura y el desenfreno de Carmona Estanga y cuando acordaron qué cargos les tocaba cada uno si regresaba. La multitud lo que andaba era saqueando lo que podía.
Infórmese, Don Galeano, antes de adorar los presidentes de otros. Cálese usted las colas del desabastecimiento, la inflación no registrada, quédese sin trabajo por un año, sea execrado por la lista Tascón, sufra el hampa y luego póngase a escribir. Si tanto le gusta Chavez, lléveselo para su casa, para que lo arruine, lo insulte, lo llene de odio y lo limite como ha hecho con buena parte de los venezolanos. Saludos.

Anónimo dijo...

Me hace gracia las críticas que son de igual calado en distintas partes del mundo, pero claro ya sabemos que siempre hay unos mas malos que otros y que los mass-media saben bien a quien señalar. Desde luego Chavez no es un salvador ni se le debe idolatrar, pero tampoco demonizar...y ya que usted lo ve tan chungo desde dentro, me encantaría que en España hubiese esos referendums revocativos y que hubiesemos podido hechar al señor Aznar antes de la guerra, pero claro nuestra democracia es otra...


En una ocasión, un periodista le pidió a Einstein que explicara en pocas palabras lo que era la teoría de la relatividad. “¿Sabría usted explicarme antes lo que es un huevo frito?”, respondió éste. El periodista asintió desconcertado. “Muy bien”, dijo Einstein, “pues entonces, explíqueme lo que es un huevo frito pero suponiendo que yo no tengo ni idea de lo que es un huevo, que en mi vida he visto una gallina y que no sé ni lo que es una sartén ni lo que es el aceite”.

Sobre Venezuela se ha mentido tanto en los medios de comunicación –y se ha mentido de una manera tan unánime y orquestada– que se ha vuelto casi imposible explicarse al respecto. Es imposible argumentar nada cuando hay demasiadas mentiras de por medio. Los que hemos intentado balbucear algo en algún debate de televisión, o los que, sencillamente, nos hemos enredado a discutir alguna vez con cualquier lector de El País o de El Mundo o con un espectador medio del telediario, hemos tenido la sensación de encontrarnos en una situación infinitamente más apurada que la de ese periodista interrogado por Einstein. Es como intentar explicar lo que es un huevo frito a alguien que sabe perfectamente que un huevo es una castaña, que considera demostrado que las gallinas son canguros, que cuando dices “sartén” entiende de inmediato “trompeta” y que por aceite hirviendo entiende helado de vainilla.

Para decir una sola palabra sobre el no a la Reforma Constitucional, ¿por dónde debo comenzar? ¿Por intentar que se respete el hecho democrático de que Chávez ganó las elecciones? ¿Por demostrar que en Venezuela hay división de poderes, libertad de prensa y libertad de expresión hasta el punto de que una cadena como RCTV, que participó activamente en un golpe de Estado y que se hizo famosa por sus llamadas al magnicidio, no sólo no ha sido prohibida ni su director encarcelado sino que está emitiendo por cable sin problema legal alguno? ¿Que el sistema de conteo de votos que los medios no han parado de denunciar como “sospechoso” ha sido legitimado por todos los observadores internacionales, incluido Jimmy Carter? ¿O intento explicar a los oyentes de la Cope que los 3.000 muertos del caracazo fueron en 1989 y que por tanto no pudieron ser, como suele decir Jiménez Losantos, consecuencia de la intentona golpista de Chávez (en 1992)?

El intento de explicar las cosas es más difícil aún. Uno lo da todo por perdido cuando se trata de hablar con gente que no sólo está completamente convencida de que un huevo es una castaña, sino que, encima, no ve ningún problema en que, al mismo tiempo, sea un huevo. Sobre Venezuela, es cierto, hace tiempo que se perdió no sólo la vergüenza sino también el principio de no contradicción. Hace ya siete años una persona culta y enterada (y que parecía, además, sincera), un ejecutivo de un banco español que hacía transacciones con Venezuela, me explicó que estaban muy preo-cupados porque Chávez era un dictador. Le pregunté que por qué estaba tan seguro de ello, habida cuenta de que había ganado limpiamente las elecciones. Dudó un momento y me espetó que “sí”, pero que era “evidente que no tenía intención de volver a convocarlas”. Eso lo convertía en dictador desde ya mismo. Si no me fallan las cuentas, en los siete años que nos separan de esta conversación Chávez ha convocado seis consultas electorales, incluyendo ésta que acaba de perder. El otro día, estuve hablando con dos colegas en la Universidad. Entre los dos sumaban tres carreras, un grado de doctor y dos oposiciones ganadas, o sea, un nivel bastante más culto que la media. Eran, por otra parte, espectadores y lectores normales y corrientes de nuestros telediarios y de nuestros periódicos. Los dos estaban sinceramente convencidos de que si ganaba el sí a la Reforma, Chávez quedaba elegido de forma vitalicia, sin necesidad de volverse a presentar nunca más a las elecciones. Es lo que habían entendido en los medios.

Ahora, el “caudillo” Chávez, el “dictador” que ha concentrado en sus manos un “poder absoluto” (El País, 3-12-2007), ha afrontado la derrota de la Reforma con estas palabras: “Ahora los venezolanos y venezolanas debemos confiar en nuestras instituciones. A quienes votaron por mi propuesta y a quienes votaron contra mi propuesta, les agradezco y les felicito porque han comprobado que este es el camino. Sepan administrar su victoria, mírenla bien matemáticamente. No es que se la doy, ustedes se la han ganado. Ojalá se olviden para siempre de los saltos al vacío, de los caminos de la violencia, de la desestabilización”.

Así pues, no parece que la pregunta sea si Chávez aceptará el resultado de la consulta. La pregunta es, por ejemplo, si los medios de comunicación españoles aceptarán que Chávez la haya aceptado. Si reconocerán que todas las mentiras y más mentiras que durante años han soltado respecto de la ausencia de democracia en Venezuela no tenían fundamento. Si reconocerán ahora, cuando menos, que el sistema electrónico de contar votos era legítimo. Si aceptarán y respetarán de una vez por todas ahora –nunca es demasiado tarde– el resultado de las anteriores consultas electorales, en las que Chávez obtuvo la victoria y si, por lo tanto, dejarán de alentar desde Europa a la oposición golpista venezolana.

Desde luego, no hay motivos para ser nada optimista. La oposición venezolana no se resignará ni mucho menos a obtener de las urnas lo que las urnas le han dado. De ninguna manera se resignarán a los cinco años de mandato constitucional que todavía le quedan a Chávez. Clamarán contra la democracia que no habrá democracia en Venezuela hasta que Chávez renuncie. Y los medios de comunicación españoles seguirán jaleando. Todo el entusiasmo mediático que dio cobertura al golpe de estado de 2002 se concentrará ahora en una nueva receta: la revolución naranja.

Anónimo dijo...

Extraño este escritor-periodista antiguo degustante de pepitonas enlatadas- que no menciona los casos de corrupcion de la era del teniente coronel. Alli tiene el caso reciente del maletin de Pdvsa (cuantos no habran pasado la aduana!)

Anónimo dijo...

Chavez llego al poder gracias al sistema que tanto se critica. Porque gane elecciones no quiere decir que es democratico, acaso no conose como se manipulan a los pueblos, miedo, odio, esperanzas. La verdad es que chavez solo le interesa el poder y este se puede mantener de muchas formas. Corrupcion, burocracia, mentiras, odio, el gobierno de Chavez refleja esto, acaso criticar a los gringos borra estas situaciones de venezuela. La politica es el juego del poder y para obtenerlo todo se vale, saludos